Si bien nos damos cuenta a nivel físico y mental de lo que el estrés puede producir en nosotros, de manera crónica, los niveles de la hormona denominada cortisol se incrementan notablemente y podemos sufrir las siguientes consecuencias:
- Aumentos de peso y mayor riesgo de sufrir obesidad y sobrepeso, debido a que junto al aumento de cortisol en sangre se incrementan los niveles de hormonas que nos estimulan a comer y a comer más grasas y azúcares. Y se reducen las hormonas o péptidos que sacian.
- Menores defensas del organismo debido a que se debilita el sistema inmunológico y tenemos más riesgo de enfermar por cualquier causa, incluso, hasta se ha asociado el estrés al desarrollo de cáncer.
- Mayor riesgo cardíaco debido a que el cortisol incrementa la presión arterial y exige al sistema cardiovascular pudiendo causar enfermedades.
- Mayor riesgo de depresión debido a que el estrés constante por largo tiempo genera mal humor, un estado melancólico y baja autoestima que culmina afectándonos anímicamente.
Por ello, es importante no dejar que el estrés se apodere de nosotros y permanezca por largo tiempo en nuestra vida, sino que debemos buscar estrategias antiestrés y aprender a deshacernos de presiones y tensiones diarias.
Con información de vitonica.com
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