martes, 8 de enero de 2013

Dulce dieta, dieta dulce. Endulzantes y edulcorantes


El exceso de azúcar o sacarosa, como todo exceso, puede ser dañino tanto para la salud de personas sanas como de aquellas que cuentan con enfermedades crónicas relacionadas con el exceso de peso (obesidad, diabetes, hipertrigliceridemia), puesto que grandes cantidades aportan calorías extra, lo que contribuye al aumento de peso.

Cuando la persona desea perder peso, comienza a controlar el consumo de aquellos productos con elevado contenido de grasas y azúcar y muchos consumidores buscan substituir el azúcar con edulcorantes, disminuyendo la cantidad de calorías consumidas, sin renunciar a sus alimentos preferidos.

Esto se debe a que los endulzantes artificiales son mucho más dulces que el azúcar común y se requiere una cantidad menor de ellos para lograr idéntico sabor con menos calorías.

En términos generales, las ventajas que ofrecen los endulzantes artificiales son múltiples (mantenimiento del peso, disminución del mismo, reducción del riesgo de padecer obesidad, tratamiento de la diabetes, reducción de caries dentales) pero debemos tener siempre presente que el consumo excesivo de ellos puede resultar tan perjudicial como el exceso de azúcar común.
 

Fructosa
La fructosa es un endulzante natural, obtenido de la fruta, que aunque siempre se había recomendado para diabéticos ahora genera muchas dudas.
Desde los años 70, y hasta finales de los 80, la fructosa se utilizaba en productos alimentarios para diabéticos ya que se decía que en dosis moderadas no precisaba insulina para ser metabolizada y que no provocaba subidas y bajadas de glucosa.
Además su poder endulzante es mucho mayor que el azúcar por lo que con menos cantidad hay suficiente. Así, pues, se utilizaba para endulzar mermeladas, galletas y otros alimentos.
Una de las claves para que la fructosa no sea tan recomendable es el hecho de que se metabolice en el hígado. Eso favorecería, según muchos estudios, la resistencia a la insulina, la obesidad y el aumento del colesterol y triglicéridos.

Y si no es fructosa, ¿que se puede usar para endulzar?
Actualmente existen muchas alternativas a la fructosa.
Los más conocidos y utilizados son el maltitol, manitol, sorbitol, xilitol, aspartamo, sacarina, etc.
Algunos nutricionistas recomiendan algunos más naturales como la Stevia (una planta) o la Sucralosa (a partir del azúcar de caña)
Cada día aparecen nuevos edulcorantes y nuevos estudios sobre los ya existentes. 


Nuestro consejo es que cuando busquemos un endulzante pidamos consejo al médico o especialista.



En próximas entregas, analizaremos los endulzantes uno a uno. 


Con Información de www.alimentacion-sana.com.ar


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