El estudio en cuestión reclutó a 65 hombres fumadores que querían dejar el tabaco y permitieron que sus erecciones fueran medidas en un laboratorio. Los participantes se enrolaron en un programa de deshabituación tabáquica de ocho semanas. Durante ese tiempo sus erecciones fueron medidas tres veces, antes de dejar el tabaco, en medio de la desintoxicación y un mes después de haber dejado de fumar.
El 31% de los implicados consiguió dejar el tabaco al terminar el estudio. En comparación con sus compañeros que recayeron, los que ya no eran fumadores conseguían erecciones más firmes, una excitación sexual máxima y tardaban más en eyacular.
El 20% de los participantes había reportado tener problemas de disfunción eréctil al inicio del estudio. Al finalizarlo, el 75% de los que dejó de fumar también superó su disfunción sexual.
Este estudio no es el primero que conecta el tabaco con la salud sexual. Es conocido que fumar daña los vasos y las arterias y afecta el flujo sanguíneo. Esta semana otro estudio de la Clínica Mayo, demostró que los hombres que habían cambiado su estilo de vida para mejorar su salud cardiovascular, reduciendo el colesterol y la presión arterial, perdiendo peso y practicando ejercicio físico, también mejoraban sus síntomas de disfunción eréctil.
Los nuevos hallazgos publicados en la revista British Journal of Urology International sugiere que no es solo fumar lo que afecta la función sexual, sino que la nicotina también parece causar problemas de erección.
con información de http://www.mujerhoy.com
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