lunes, 13 de mayo de 2013

4 claves para dejar de asaltar el refri por las noches


Los nutricionistas creen que por la noche estamos menos ocupados y nos da por pensar en comer, también apuntan que en muchas familias comer determinados alimentos dulces e hipocalóricos por la noche es un hábito difícil de romper. Ahora nuevas investigaciones sugieren que quizás estamos programados psicológicamente para comer cosas dulces cuando se acaba la luz natural y empieza a oscurecer.  



Esta herencia no es la mejor para los que se empeñan en perder peso porque precisamente la noche es el peor momento para consumir alimentos hipercalóricos.

¿Qué podemos hacer para luchar contra esta costumbre ancestral?



1. Rompe hábitos. Si tu rutina nocturna te obliga a comer más de lo que te gustaría, debes romper ese patrón. A veces cambiar el orden de las actividades que realizas de noche puede ser suficiente. Si acostumbras a picar en los cortes de publicidad, quizás puedas emplear ese tiempo en terminar alguna tarea de la casa a medio hacer o a revisar el email. Se trata de romper las asociaciones que hacemos entre comer y determinados momentos de la noche. Al principio costará implantar la nueva rutina, pero con el tiempo formará parte de tus hábitos de forma natural. 


2. Planifica las comidas y no tengas alimentos “peligrosos” en el refrigerador. Intenta no improvisar delante de la refri. Con hambre no se piensa bien, y seguramente acabarás comiendo algo dulce y muy procesado. Si queremos cuidarnos un poco, lo mejor es tener una planificación mínima de platos rápidos pero saludables que nos saquen del trance sin estropear el día de régimen por un impulso de última hora.  

3. Lleva un diario de comidas. Ya sé que es un consejo que siempre dan los nutricionistas y que mucha gente da por hecho que es una pérdida de tiempo. Pero el caso es que funciona. Los estudios demuestran que las mujeres que llevan un diario nutricional pierden alrededor de dos kilos más que las que no lo llevan. El diario te ayuda a que no subestimes ni sobreestimes cuánto y qué comes, y a no comer por impulso o de un modo inconsciente. Te obliga a ser honesta contigo misma y a identificar tus patrones poco saludables.  

4. Duerme a horas decentes. Mientras más tiempo pases despierto a altas horas de la noche más riesgo habrá de que asaltes el refrigerador. Numerosos estudios relacionan la falta de sueño con la ganancia de peso porque a esas horas tendemos a comer alimentos ricos en azúcar y calorías. Relájate y prepárate para dormir ocho horas y, si es posible, aleja el móvil y el ordenador de la cama. 


con información de mujerhoy.com

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